Chiqui, mi pequeño gran coche

Hacía ya días que no lo conducía, la morriña se iba acumulando, lo echaba de menos.

Así que hoy, al mediodía, he dejado a Megani tranquilo en casa, y en pleno calor estival, he decidido llevarme a Chiqui de paseo, no importaban sus 101.000 km, ni sus seis años, ni el tener que bajar las ventanillas al no tener aire acondicionado. Sus pedales se notaban más duros, y como suele pasarme ahora siempre que lo cojo, intento abrir el maletero por dónde no es, o tengo que recordar en que consistía eso de darle al botón para abrir las puertas y lo que era meter y girar la llave en el contacto.

Conducir mi Clio me hace feliz, por muchos años que tenga, y muy sencillo que sea, cuando lo cojo no puedo evitar ir con una sonrisa de oreja a oreja, es mi pequeño campeón, mi primer coche, mi compañero fiel durante estos últimos años, y aquí sigue, queriendo compartir más cosas conmigo, aunque se merece decansar un poco.